Paul Rodríguez, uno de los skaters más influyentes de su generación, creó Primitive como una extensión de su amor por el skate y su deseo de aportar algo único a la comunidad. Antes de fundar Primitive, P-Rod ya era una figura consolidada en el skateboarding, conocido por su técnica impecable y su carisma.

La marca nació inicialmente como una tienda en Encino, California, que vendía ropa, accesorios y tablas de skate. Sin embargo, el éxito de Primitive como tienda motivó a P-Rod y su equipo a lanzarse a crear una línea de productos propia, y así nació Primitive Skateboarding.